El baño de los prefectos, más húmedo que de costumbre

Aquí Gossip Witch, vuestra única fuente de información sobre la vida de los demás dentro y fuera del baño de los prefectos. Porque sí, en aquel lugar al que muchos quieren acceder y no lo harán en su vida, posiblemente, suceden cosas que han conseguido captar mi atención. Los prefectos, ¿tan ejemplares como pensábamos?

Me temo que la respuesta es negativa, ya que aprovechando el inicio de las vacaciones de Navidad, un corto periodo en el que podrán quitarse las placas, capitanes y prefectos de Hogwarts se reunieron en su privado lugar para celebrarlo de una forma orgásmica y lujuriosa. Todo comenzó cuando nuestro querido y renombrado V. fue visto en el campo de Quidditch con la boca tapada por la joven M., de Gryffindor. Es algo normal, puesto que el atractivo Slytherin es deseado por la mitad de este colegio y no iba a estar siempre guardando castidad hasta que se cree un método para reencarnar a los muertos… El caso es que, C., prefecto de los leones, no ha superado la pérdida de su primer y único amor, M., y verla en manos de otro le supuso un revoltijo de tripas que no iba a pasar por alto. Por todos es sabido que este chico no es muy dado a entregarse al género femenino, por lo que acumula un apetito sexual insospechado. Furioso, se dirigió al baño de prefectos… ¿y a quién vio? A la capitana H., con la que tiempo atrás mantuvo cierta tensión porque se lió con su novia delante de ella Para una vez que consigue una fémina y lo estropea todo, este chico... Sediento de venganza y cuerpo de mujer, besó apasionadamente a H., quien reaccionó con un buen cruce de cara. ¿Odio acumulado? ¿Alguien sabe si ella ha podido superar también la pérdida de su amada M., con la que creía que había encontrado el amor y que la perdió por culpa del rubio infantilón? C., nada satisfecho, volvió a lanzarse sobre ella de nuevo, tocándole su bien formado trasero de jugadora de Quidditch, y ella reaccionó del mismo modo. ¿Hola? ¿Este chico es masoca?

Todo esto es presenciado bajo la mirada atónita de L. de Guarrilla, que desde que tuvo que admitir que al chico de séptimo B. le gustaban las faldas cortas y el pelo rubio de otra, no ha hecho más que fijarse en su mejor amigo: V. Menudos líos, ¿no? El caso es que este último estaba en el baño también, refrescándose un poco después de un duro día mano a mano con M., y L de G. no pudo soportar la presión de ver su torso firme y trabajado húmedo por el vapor del baño, que presa de los celos tanto por la otra chica como por los otros dos que estaba viendo, se lanzó a la yugular de V., dejándole casi sin labios al pobre.

¿Y qué pasó? Pues que uno de los prefectos que más ha cambiado en los últimos tiempos, L., el juguete de A. (sí, la misma rubia de faldas cortas por la que el chico de séptimo desconocido para muchos se volvió fiel y sentó “cabeza”), ya que el chico no es de gustos muy variados y que se encontraba en el lugar de los hechos junto con más compañeros, notó que su corazón se hacía trizas al ver a su rubia v.2 con la boca en otro. Pasaba por allí la más recatada hasta ahora, prefecta de Gryffindor, y sin más dilación, imitó con ella a todos los que había en el baño.

¿Cómo acabó todo esto? Se ve que V. y M. pasan de lo que digan o hagan los demás e intentan ser algo “estables”. Lo de C. y H. no tiene futuro alguno, como sabréis; este pobre chico no es capaz de mantener nada, ni siquiera las quaffles, con eso os lo digo todo. Sin embargo, lo de L., A. y L de G. tiene chicha. La prefecta A. se ha recortado un poco la falda y se la ve gustosa después de haber probado al Hufflepuff, pero este no anda del todo convencido. ¿Será la poca experiencia de ella en el campo masculino o el gusto que estaba cogiendo él a meter mano en faldas ajenas?
De cualquier modo, L de G. rebosa celos por todo su cuerpo y la pudimos ver en una actitud muy hostil rompiendo la vajilla del Gran Comedor en un repentino ataque de celos al ver como una vez más, otra chica se llevaba su trofeo. Haciendo el truco de la víctima se dirigió a la enfermería, donde le siguió L. de forma amistosa, “oh, me preocupo por ti pero sólo como amigos” y tras unos instantes, apareció la tercera en este triángulo amistoso lanzando comentarios punzantes sobre la ligereza de cascos que corona a L de G. ¿Qué pasó? Que nuestras dos prefectas comenzaron a tirarse dagas con un sorprendido Hufflepuff en medio, que en el fondo estaba encantado de tener a dos mujeres luchando por sus carnes. Esto de que haya crecido y con ello, mejorado su físico también tiene sus ventajas, ¿eh? Al principio pasaban de él y ahora mirad, dos conocidas de toda la vida que resultan ser más falsas que un galeón de chocolate, comienzan a sacarse los trapos sucios y a dedicarse lo que piensa la una de la otra. Sinceramente, lo encuentro bastante triste y empiezo a dudar de la capacidad de los Jefes de Casa a la hora de elegir a nuestros prefectos, que se supone que tienen que dar ejemplo.
Sé que me queréis, lo sé.
Gossip Witch
x.o.x.o